El software está compuesto de diferentes elementos que interactúan entre sí para hacer que un software funcione de manera eficiente. Estos son:
Código fuente:
Es el conjunto de instrucciones escritas en un lenguaje de programación que define lo que hará el software. Este código es desarrollado por los programadores y puede ser leído y modificado.
Algoritmos:
Es el conjunto de instrucciones sistemáticas y previamente definidas que se utilizan para realizar una determinada tarea.
Estructuras de datos:
Son los métodos y formatos en los que el software organiza, almacena y gestiona los datos. Las estructuras de datos como listas, árboles o matrices permiten procesar información de manera eficiente.
Interfaz de usuario (UI): Es la parte del software que permite la interacción con el usuario. Puede incluir botones, menús, ventanas y otros elementos visuales o táctiles que facilitan la operación del programa.
Base de datos: Si el software necesita almacenar y recuperar información de forma persistente, utiliza bases de datos para organizar y gestionar los datos.
Módulos o componentes:
Los programas suelen dividirse en partes más pequeñas y manejables llamadas módulos. Cada uno realiza una función específica y es autónomo, lo que permite la reutilización del código y facilita el mantenimiento del software.
Bibliotecas o librerías:
Son colecciones de funciones y rutinas predefinidas que los programadores pueden utilizar para realizar tareas comunes, como operaciones matemáticas, manipulación de archivos o gráficos. Ayudan a reducir la cantidad de código que necesita ser escrito desde cero.
Documentación:
Es un conjunto de descripciones y explicaciones sobre el funcionamiento y uso del software. Incluye instrucciones para los desarrolladores y los usuarios.